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¤Rivendel¤

Lothlórien y los Enanos

Lothlórien y los Enanos Desde los tiempos del Gran Viaje había Elfos viviendo en los Valles del Anduin, así que es probable que conocieran a los Enanos (por la cercanía de Moria) aún antes que los Elfos de Beleriand. De hecho, los Enanos hablan al Rey Thingol de los sirvientes de Morgoth "en la tierra del este de las montañas, y vuestros antiguos parientes, que habitan allí, huyen de las llanuras a las colinas" (S,123).
Eso demuestra que se conocían, y también sugiere algún tipo de alianza similar a la de Beleriand, e incluso más necesaria porque los Nandor de esa zona no contaban con la ayuda de Thingol (ni, más adelante, con la de los Noldor): "Era un pueblo de los bosques y no tenían armas de acero, y la llegada de las bestias salvajes del norte los llenó de espanto" (S,125).
En la Segunda Edad, la fundación de Eregion marcó un hito en la relación de Noldor y Enanos. Muchos Noldor cruzaban las Montañas y visitaban Lórien, lo que seguramente estrechó los lazos entre Lórien y Moria. Muestra de ello es que, en la guerra entre Sauron y los Elfos, las fuerzas de Lórien acudieron aliadas con las de Moria en auxilio de Eregion. Tras la batalla, parte de los supervivientes de Eregion fueron a vivir a Lórien, lo que favoreció aún más la amistad con Moria: al final de la Segunda Edad, de nuevo los dos pueblos acudieron juntos a la llamada de la Última Alianza.
La Tercera Edad comenzó con mil años de paz, durante los cuales ambos pueblos se dedicaron a sus asuntos, seguramente con algún que otro intercambio comercial.
Pero la aparición de la Sombra en el Bosque Negro supuso una mejora de relaciones, tanto a nivel comercial (Lórien volvía a necesitar metales para armas) como personal (los Elfos se veían amenazados, pero al menos sabían que tenían las espaldas cubiertas por un enemigo feroz de los Orcos). Pasaron los siglos, en medio de un clima de peligro creciente, y todo parece apuntar a que Lórien y Moría se llevaban todo lo bien que se puedan llevar Elfos y Enanos. Pero entonces apareció el Balrog.
Un buen día, los Elfos (que bastante ocupados estaban con Dol Guldur) ven que sus aguerridos vecinos huyen abandonando las estancias de sus antepasados y diciendo no-se-qué de un Daño de Durin. Ya sé que el Balrog era un enemigo realmente poderoso, pero entonces nadie (ni siquiera los propios Enanos) sabía qué era: Podría ser un troll de las cavernas, un orco o cualquier otra cosa[1] y que la excesiva dependencia psicológica de los Enanos hacia sus líderes les hiciera retirarse sin presentar batalla (como hicieran las huestes de Azaghâl en la Nirnaeth Arnoediad).[2]
Obviamente, eso sembró el caos entre los Elfos. Muchos huyeron hacia el mar, incluso algunos que preferirían quedarse en Lórien, como el rey Amroth (y como él, seguramente muchos de los que hasta entonces defendían Lórien de la Sombra de Dol Guldur).
Los que se quedaron, desprotegidos ante un mal cada día mayor cayeron en el viejo tópico de echar la culpa de la situación a alguien (no necesariamente culpable). En este caso, el chivo expiatorio evidente eran los Enanos: "antes estábamos mal, pero desde que se han ido (vete tú a saber por qué) y nos han dejado tirados, todo va aún peor" (y no les faltaba parte de razón). Así que parte de la población pasó a considerar a los Enanos como gente poco de fiar.
Al llegar Galadriel y Celeborn para organizar la defensa del reino, la opción más clara frente a un enemigo arrolladoramente superior en número era aislarse: [3]la población se traslada a lo más profundo del bosque y se establece una férrea vigilancia sobre las fronteras, con una consigna clara: "No permitimos que ningún extraño espíe los secretos del Naith. A pocos en verdad se les ha permitido poner aquí el pie" (CA,466). Dada la desconfianza de parte de la población hacia los Enanos, a estos también se les considera "extraños".
Pasan los años. El aislamiento provoca más temor al exterior, y que posibles aliados (como por ejemplo Rohan) consideren a Lórien una tierra de brujería, lo que acentúa aún más el aislamiento: Lórien queda rodeado de enemigos, sin ayuda y sin una eventual ruta de escape hacia el Mar.
A todo esto, llega Gimli, "el primer Enano que contempla los árboles del Naith de Lórien desde el Día de Durin" (CA,470) (creo que con esto quiere decir 'desde el día de todo el jaleo del Daño de Durin', esto es, desde hace 1038 años)[4] y lógicamente, se le aplica la ley.
Pero su llegada puso en evidencia que no todos estaban de acuerdo con la antigua ley. Así Haldir (que formaría parte de esa rama más abierta) se ve obligado aplicarla, pero buscando la manera de dejar pasar a Gimli, y cuando éste protesta le responde: "Tienes razón. Pero es la ley. No soy dueño de la ley, y no puedo dejarla de lado. Ya he hecho mucho permitiéndote cruzar el Celebrant" (CA.466).
Además hay que destacar la influencia de esta corriente: los compañeros de Haldir no se oponen, a pesar de que forman parte de aquellos que no salían de Lórien (lo que, a priori, les hace pertenecer a la parte más aislacionista de la población).
Otra muestra de esa división de opiniones son los propios Celeborn y Galadriel. Así, Celeborn pertenece al ala anti-enana más dura (aunque sus problemas con los Enanos venían de antes), como demuestran las palabras que dirige a Gimli (aunque, eso sí, las dijo en un momento de exaltación): "... si hubiese sabido que los Enanos habían reanimado este mal en Moria, yo te hubiera impedido pasar por las fronteras del norte, a ti y a todos lo que iban contigo." (CA,478). Es decir, se achaca a los Enanos el mal de Lórien, y si se llega a saber que era un enemigo tan fuerte, el aislacionismo hubiera sido mayor (y no sólo contra los Enanos).
Pero casi nadie debía ser tan radical, debido a la influencia de la rama más abierta, encabezada por Galadriel: no sólo reprende a Celeborn por sus palabras, sino que además, en la despedida a la Compañía del Anillo, dice "¡Escuchad vosotros, Elfos! Que nadie vuelva a decir que los Enanos son codiciosos y antipáticos" (CA,505). Es decir, en esta época lo peor que se llamaba a los Enanos era "codiciosos y antipáticos" (y no se puede negar que sí lo son, unos más que otros).
Resumiendo, había una ley fronteriza dictada contra un exterior que se veía como una amenaza (de hecho la gran mayoría de las veces lo era), y unas circunstancias especiales (quizás junto con las antiguas disputas entre Elfos y Enanos) hicieron que esa ley también se aplicara a Enanos.
Pero en la época de Gimli tan sólo se seguía aplicando por un cierto inmovilismo (inherente a todas las culturas élficas) unido a la influencia de algún elemento radical y la inminencia de una guerra que amenazaba con arrasar el reino, aunque buena parte de la población ya no estuviera tan de acuerdo con esa ley o se mostrara abiertamente en contra.
Así que no es que los Galadhrim fueran racistas, de lo más que se les puede acusar (y a Haldir menos que a otros) es de exceso de desconfianza: pero ya se sabe que "nada revela tan claramente el poder de Señor Oscuro como las dudas que dividen a quienes se le oponen" (CA.468).

1 comentario

Daniel M.V. -

y quien es Tom Bombadil, eh??
@_@ ^.^